Para muchos, postrarse ante un grupo más o menos voluminoso de personas para hacer una presentación o dar un discurso no es precisamente una tarea sencilla.

Hacer una exposición sin aburrir al público y cumplir con los objetivos de la ponencia o presentación depende de diversos factores, entre los que destacamos contar con el equipo audiovisual necesario (una buena pantalla, un equipo informático óptimo, un proyector, buen sonido…), encontrar el programa para hacer presentaciones que mejor se adapte a nuestras necesidades  y, por último pero no menos importante, tener en cuenta los consejos que damos a continuación. ¡No te los pierdas!

5 tips para hacer buena presentación

  1. Ideas breves y concisas. Si estás preparando una presentación con un programa de diapositivas trata que estas no tengan más de 4 o 5 líneas, ya que sino tu público estará leyendo la diapositiva en lugar de prestarte atención. Mejor poner en cada diapositiva sólo la idea básica de cada punto de la presentación y desarrollar con imágenes o palabras orales el resto. Esto también evitará que leamos nuestra presentación y demos una imagen poco profesional y aburrida.
  2. Ve al grano. Si tienes una hora para hacer una presentación, intenta prepararla dejando 10 minutos de margen para posibles preguntas o cuestiones que surjan durante la exposición. Es importante ser claros y no dar más vueltas de la cuenta a un mismo tema.
  3. En pie y con energía. Cuando tengas que exponer un tema ante un grupo numeroso, mucho mejor hacerlo de pie y moviéndonos por el escenario que quedarnos sentados pasando las diapositivas con el ratón del ordenador. Tener la posibilidad de levantarnos y señalar directamente en la pantalla gigante los puntos clave nos ayudará a hacer más amena la presentación y a captar la atención de los espectadores. La energía de la persona que expone un tema contagia a su público, sé dinámico y trata de interaccionar en todo momento con los demás.
  4. Cuenta una buena historia. Nuestro cerebro reacciona mejor ante una buena historia que a una lección o explicación sin una estructura. Podemos hacer buenas historias que además incluyan una lección o que nos sirvan para captar la atención y hacer llegar mejor nuestro mensaje. Piensa en ello y ejercita tu imaginación.
  5. Se tu mismo. Algunos oradores cometen el fallo de tratar de ser otra persona en el escenario, por ejemplo una persona más graciosa, tanto que a menudo se confunde ser orador con comediante. Si actúas tal y como eres tendrás más confianza en ti mismo y la audiencia lo notará.